Reflexiones sobre la Educación en tiempos de COVID-19

El Profesor de Ciencias, Química y Biología y profesor jefe del 2do medio, Antonio Oliveros Michaud, ha estado contantemente en contacto con los y las estudiantes, tanto de su asignatura como de su jefatura, mediante diversas plataformas.

Esta situación de emergencia histórica que nos ha tocado enfrentar, da el pie para reflexionar sobre la metodología educativa y cómo ha tenido que evolucionar, forzadamente. “Sin embargo, si hay algo que ha permanecido casi libre de modificaciones, como si de una obra de museo se tratase, es el espacio físico donde se desarrolla el encuentro entre estudiantes y docentes, la sala de clases”, dice Oliveros.

No sabemos, a ciencia cierta, cuánto durará esta situación de cambio. “En consecuencia, la educación a nivel global se ha visto modificada, y Chile no es la excepción, el aula como espacio físico ha conocido la volatilidad y se ha tenido que adaptar a la dinámica actual para mantenerse viva-activa. De esta forma, se ha transitado desde una aula física, pasando por la incertidumbre y un proceso de adaptación, a un aula multi-localizada entre plataformas para encontrar actividades, espacios de encuentro-educativos virtuales, zonas de entrega de los respectivos desarrollos y retroalimentación de estas”, reflexiona el profesor.

Es claro que la emergencia de la pandemia en Chile, durante el mes de marzo, truncó un proceso educativo que estaba planificado y que involucra a la comunidad educativa en su conjunto. “A mediados de marzo, con menos de dos semanas de clases se interrumpen las clases presenciales y el reto estuvo claro, continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, había de develar las respuestas de algunas preguntas en el camino: ¿Qué enseñar? ¿Cuándo enseñar? Y por sobre todo ¿Cómo enseñar?”, dice Antonio.

“Personalmente siento que se ha ido de menos a más, se comenzó con la preparación de material para desarrollar en forma remota o a distancia, corrigiendo y retroalimentando por correo, tema que no fue fácil asimilar dado que se hace desde casa, dónde están mis hijos y mi compañera de vida, que por cierto también debe teletrabajar. Creo que esta primera etapa fue la más compleja y larga de asimilar debido a las múltiples coordinaciones internas que involucra”, enfatiza.

Aún faltaba algo más concreto respecto al encuentro entre estudiantes y docentes, ya que hasta este punto se trataba de una plataforma para depositar las actividades y los correos para entregarlas y recibir una retroalimentación, “pero faltaba el encuentro colectivo, el vernos y escucharnos, faltaba llenar este vacío que no era tuyo ni mío, era nuestro.”

“Entonces parece abordable la idea de hacer clases virtuales por medio de la plataforma Zoom, una experiencia desconocida pero que se siente necesaria. Por fin he podido a ver a los y las más de 300 estudiantes con quienes hacemos las clases, Ciencias Naturales con 5º, 6º, 7º y 8º básico, Química con 1º, 2º y 4º medio, Ciencias para la Ciudadanía con 3º medio y algunos electivos de Ciencias junto a 3º y 4º medio, por fin nos hemos escuchado, reído, visto, ¡nos hemos encontrado! Desconocemos cuánto tiempo más deberemos mantener respirando a la educación en esta nueva forma, pero sí sé que lo que podamos hacer para que nuestros encuentros se enriquezcan, lo haremos siempre.”, concluye el profesor Oliveros.

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